Si de combatir el calor del verano se trata, en seguida pensamos en instalar un aparato de aire acondicionado en casa. Lo mejor será decantarse por la tecnología inverter. A diferencia de los equipos convencionales, este sistema adapta la potencia del compresor a los grados que precisemos en cada momento, pudiendo disfrutar siempre de una temperatura constante y un mayor confort. Además, esto significa una considerable reducción tanto en el recibo de la luz como en el ruido. Por estas ventajas, suelen ser más caros que los sistemas de climatización tradicionales. Hay que limpiar los filtros una o dos veces al mes para mantener su rendimientoDe entrada, debemos tener en cuenta la clasificación energética del aparato. Los de clase “A” consumen casi un 50% menos de energía eléctrica. Sí, son más caros, pero a la larga merece la pena. También debemos tener en cuenta el tamaño de la vivienda, es decir, adecuar el equipo al espacio que necesitamos. Calcula los metros cúbicos de la estancia. Un espacio muy grande podría necesitar de más de un aparato. En verano, la temperatura de nuestra vivienda debe estar entre los 24ºC y los 26ºC. Pero independientemente de que por cada grado de más o de menos, el consumo puede variar entorno al 8%, es importante saber que no es saludable que haya una diferencia térmica con el exterior superior a 12ºC. En la práctica, se parte de la base de que son necesarias unas 100 frigorías por cada metro cuadrado que se quiere climatizar. Sin embargo, hay que tener en cuenta otros factores como la orientación de la vivienda, el asilamiento, etc. Una vivienda orientada al sur necesita más potencia. De modo general, se necesitan 3.000 frigorías/hora para una habitación de 25 m2. Y el mantenimiento Hay que limpiar los filtros una o dos veces al mes para que no disminuya su rendimiento. Además, instalar los equipos lejos del calor y mantener un buen aislamiento en la vivienda son otros consejos que nos ayudarán a que los aparatos duren más tiempo y no paguemos facturas desorbitadas. Nuestra casa debe estar bien aislada térmicamente. No debe haber pérdidas de energía a través ventanas y puertas. Podemos utilizar toldos y persianas para minimizar un calentamiento excesivo de la casa